sábado, 26 de marzo de 2011

A cada beso que das, busco una razón de creer.
Una necesidad de imaginar.
Y un deseo que me hace ir más allá.

lunes, 21 de marzo de 2011

Para el extraño.




Sé que estoy muy lejos de tenerte, y sé que en el instante en el que ambos estemos frente a frente, sin los ojos del extraño o del conocido, el reloj de los viejos comenzará a contar los segundos para cuando ambos regresemos solos, a la misma calle donde nos vimos, donde nos vemos, donde nos veremos, donde nos evitamos.

Quiero pensar que tu también me quieres encontrar, y que cuando lo hagas pensarás en mí como la mano que se quiere apretar, como los labios que deseas tocar y como los ojos que tratarás una y otra vez de trazar en tu mente, para que en la noche, ni la oscuridad del olvido te haga dudar cuando trates de bordarlos, con el inocente inteto de que ambos sigamos atados, aùn cuando estemos en la posicíón que nos hace estar tan cerca del vacío, la posición fetal que inconsientemente practicamos para la muerte.

Encuentrame.

sábado, 5 de marzo de 2011

Un capullo.

Hoy tu tallo se volvió a encorvar y tus pétalos, aún cerrados no saben si esperan la luz del sol o el sabor de la tierra cuando la flor se quiebre y caiga. Una abeja pasa a tu alrededor, tu no la escuchas. No escuchas a nadie. Tus pétalos te ciegan, te hacen sorda y muda. Los capullos que se gestaron en el mismo ciclo que tú, parecen aventajarte y eso no te impulsa a sacar aunque sea el primer pétalo fuera del capullo, como un guiño de "regresa" a la abeja que ayuda. Las hormigas, temerosas por el silencio espectral que tus pétalos construyen como tumba no se animan a subir y ver desde otra perspectiva.
Otro día, otra noche y tu capullo no ha florecido. ¿Que no te da curiosidad saber aunque sea el color de aquellos pétalos? Espera...un pétalo esta abriéndose. Oh no, me equivoque. Entrecerré pro un breve momento mis ojos y cuando las pestañas se alzaron para abrirme la vista me confundí con su movimiento arteciopelado.