domingo, 5 de diciembre de 2010

Amante.


Tu proximidad brilla por su ausencia.
Y el anhelo contenido florece a cada segundo.
A cada parpadear y respiración alargada.
A cada vista a la ventana en la que se sabe qué se va a encontrar.
Todos creen que estoy dormida.
Y la única que sabe que es mentira soy yo, pero ambos sabemos que aunque sea suficiente a veces no parece.
No.
No eres tú, el que me hará despertar.
Porque sé que en el instante que nos encontremos empezaré a morir.
Y una rama lastimera se deformará, convirtiéndose en otra vena que llegará a mi corazón.
Te extraño, y no nos conocemos.
Te anhelo, como la vida a la muerte.
Para saber si una existe...
Amante.
MIRANDA GUERRERO

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