jueves, 12 de agosto de 2010

¿Qué sucede?

Tamara de Lempicka




Hoy no hace más frío, ni calor. No hay lluvia que caiga fuera de la ventana.


Hace unos días salí con un amigo, a la Condesa. Estaba expectante, tenía muchas ganas de tomar mi malteada de vainilla. Pero me decepcioné un poco. Mientras caminabamos mi amigo no dejaba de molestarse de la gente que caminaba a nuestro alrededor.

Decía que eran "Juniors" que no te dejaban pasar y me confundía, pues si nos dejaban pasar por la cera. Se quejaba de ellos, y eso me molestaba, sin decir de más que me aburría un poco. Luego le di e probar de mi malteada y él dijo que estaban mejor las de "la Michoacana" pero para ser de la Condesa estaba bien.

Eso me hizo sentir un poco incómoda, e incluso me llamó la atención, pues cuando había invitado a otros de mi malteada (se oye gracioso jaja) me decían que estaba rica, pero no que la malteada de tal lugar era mejor.


Después fuimos al parque México, y nos sentamos en una de las bancas. Él tenía prisa, tenía que regresar a su escuela a cambiar unos horarios.

Yo estaba mal, porque él no estaba disfrutando el día. se sentía intruso en otro espacio, amenazado por otros que se vestían de manera diferente a él y los criticaba, ignorando los edificios, los árboles, la humedad del concreto, las hojas...

Pero aún así, lo que más me afligía y me sigue afligiendo es que yo no estaba realmente ahí, estaba en otro lado, acordándome de ti. De como estábamos los dos sentados en una de las miles de banca de ese parque, callados, sin sentir la necesidad de hacer hablar al otro, ni de pensar que el otro debe hablar.

Te extraño, y lo más doloroso de todo es que tu ya no lo haces y que tu extrañaras a otra mujer como yo a ti.
Te recuerdo todavía. Sigo volteando al ver a un joven de pelo negro y largo. Siento como mi corazón da un fuerte golpe en mi pecho, de miedo, emoción, después me controlo y desvío la vista. Al comprender que no eres tú

Pero sigo volteando, buscándote.

A veces me pregunto...¿cómo lo hacen los demás? ¿cómo siguen con esperanza? Yo pensaba que tu eras, lo que todos habían prometido que encontraría. Me sentía afortunada, por tener algo valioso. Luego te esfumaste, y más tarde me doy cuenta que me remplazaste.

Me sentí engañada, dolida, con odio. Cuando le contaba a algunos amigos ellos me veían con ojos desdeñosos, tal vez pensaban que era débil. No me tomaban del hombro. Unos me decían que ya no te importaba, otros que de manera diferente. Aún así, eso no me satisfacía

No quiero buscar algo que se pierda.

Algo que dure menos que mi vida.

No quiero un verano, primavera ni invierno.

Las serpientes ya habían mudado de piel cuando yo tomé el valor de regresar.

Me quedé desnuda.

No sé, que hacer, aunque sé que sobreviviré.

No quiero buscar más.

No quiero promesas.

Nadie.

Quiero un beso, cálido, húmedo.

Una sonrisa que se pierda en mis ojos.

Una mano más caliente que la mía.

Abrazos que me fundan hasta creer que vivo por algo.

¿Cómo sobreviviste? ¿Cómo es qué tu ya haz encontrado a otra persona...a otra mujer?

¿Cómo haz podido recuperar la esperanza?

¿Acaso soy yo tan transitoria?

¿Acaso es ella a quién siempre quisiste?

No sabes lo que dolió saber que fue ella, alguien que conocía. Me hace pensar que desde antes la deseabas.

Ahora te odio, y muchos se burlan o no creen de verdad eso, pero es cierto, te odio. Quiero ser como tú, recuperar la esperanza, o tal vez ya no sentir la necesidad de tenerla.
Te odio.







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