lunes, 16 de mayo de 2011

La vida sin ellos.

Era un día para cualquiera, a excepción para una persona. Esta mujer, que había vivido todos sus días como si no existiera se despertó y no encontró sus lentes. Con pánico en los ojos los buscó por cada rincón visible. Después de un día sin éxito, la mujer supo que se quedaría ciega por siempre, puesto que no tenía dinero para otros lentes.

Al anochecer, se sentó frente a la ventana y sólo por la brillante farola, que desnudaba la oscuridad, se dio cuenta de que había anochecido. Pensó en los días que no vivió, por estar ocupada en sus múltiples trabajos de sueldo bajo, como lavar las ventanas de almacenes de polvo, lustrar zapatos a las personas de brazos cortos (porque las de brazos estándar malinterpretaban sus servicios), pasear perros discapacitados, convencer a las niñas y niños menores de siete años que no podían volar...

Dio un suspiro pesado, que sólo logró hacer que su alma se ahogara más en sus huesos y se abandonó al sopor. Al día siguiente la mujer se levanto sin encontrar la luz y con la resignación tatuada en la frente decidió comunicarle a sus vecinos que estaba ciega. Primero fue con el vecino de la puerta 234. Él, al saber que no podía ver la invitó a su casa y le invitó una taza de café. Ella aceptó y mientras bebía el café con dificultad, el vecino,aprovechando su ceguera se puso su ropa de travesti y bailó frente de ella, cumpliendo una de sus múltiples fantasías sexuales. Dos horas más tarde la mujer fue a la planta baja y le informó a la vecina que regaba las plantas de enfrente. Ella al saberlo la miró con sus ojos enamorados y comenzó un llanto silencioso, al darse cuenta de que su vecina ciega ya no podría ser seducida por la operación de nariz que se había hecho.

Así, transcurrió el día. Entre sollozos, asaltos en los que se detallaba minuciosamente el arma para que no creyera que era de juguete, la unión a una asociación de ciegos por equivocación, el enamoramiento erróneo con un canario confundido con una galante voz, un beso apasionado con uno de los perros de su antiguo trabajo que sufría de una anomalía de crecimiento, hombres de brazos estándar, confundidos con manos largas... etc

La mujer, sorprendida por su extenuante actividad regresó a casa feliz. Sabiendo que tenía una nueva vida. Hasta que uno de los niños que trató de convencer de que no podía volar cayó sobre ella y murió.





No hay comentarios:

Publicar un comentario