jueves, 12 de mayo de 2011

La viuda

La mujer de esposo moribundo, cansada de llorar sale de la habitación cuando su esposo exhala el ultimo aliento. Al llegar al cuarto de baño sus tristes hijas y nietos comienzan la orquesta sinfónica de luto con los abruptos sonidos de la nariz al contraerse para no dejar escapar los mocos.

La señora se postra frente al espejo. Una gota, en contra de su juramento de mantener los ojos secos sale y recorre su mejilla burlonamente. Ella, enojada por el rompimiento de su promesa, saca una navaja del buró del baño. Se la acerca a los ojos y corta una delgada y pulcra línea sobre las bolsas de piel que hay debajo de sus ojos. Al poco tiempo, emerge líquido, que al no ser pasado por el lagrimal de los ojos no tiene forma de lágrima.

La señora espera a que todo el agua salga. Sabe que seguirá sufriendo por meses, pero sin las lágrimas, como pruebas de la perdida de su marido, se le hará más fácil imaginar que está triste porque su esposo está en un largo viaje, y con aquella fantasía guardará la esperanza de que lo volverá a ver.

La mujer no sabe que el viaje que separa a su hombre de ella termina y se encuentran una hora después. ¿Cómo puedes estar vivo? Le pregunta la viuda a su esposo. El hombre no le contesta. Entonces la mujer vestida de negro ve que el chorro de agua que antes se desbordaba de sus ojos se había convertido en sangre.

Escrito por: Miranda Guerrero

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